domingo, 21 de noviembre de 2010

Lo admito

Tengo miedo. Miedo al tiempo que pasa, de no avanzar, de retroceder sobre mis pasos.
Me asusta el sentirme sola, soñar y que no se cumplan mis sueños, mirar a mi alrededor y no ver nada, ni a nadie.
Temo a las agujas del reloj, a la oscuridad de la noche, a la oscuridad de muchos de mis días.
Tropezar y no levantarme, correr y no llegar nunca, buscar y no encontrar nada.
Me da miedo sentir y no sentir, hablar y callar, reir y llorar.
Abrirme a los demás, pero cerrarme en mi misma, arriesgarme y perderlo todo, equivocarme y no aprender de mis errores…
Huyo del corazón roto, de los sentimientos ocultos, de las palabras importantes. Evito los finales felices, o cualquier clase de final, las largas despedidas, las segundas partes.
Las miradas de complicidad, los gestos comprometidos, el compromiso. Desconfío de las cosas que no entiendo, de las personas que no conozco, de los recuerdos que ya no están.

Porque tengo miedo del miedo, y de que solo yo pueda vencerlo…

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