jueves, 23 de septiembre de 2010

Fuiste tú, tú fuiste.

Curioso el latir de mi corazón cada vez que piensa en ti, curiosas las lágrimas que llevan tu nombre, curioso el sentimiento que quedó guardado muy dentro de mi…

Quise evitarlo en su día, huir de esa cosa tan bonita que dicen amor… Prefería encerrarme en una burbuja que ni el dolor ni el sufrimiento pudieran atravesar, y me creía capaz de ello... Pero entonces llegaste TÚ, y la rompiste. Y ahora estoy aquí, plasmando en una hoja de papel lo que a la cara no te puedo decir. Y es que no estás conmigo y yo no puedo hacer nada.

Tus miradas, tus caricias, tus sonrisas, tus besos… Cosas que se echan de menos al estar tan lejos de mi, y a la vez tan cerca… Fuiste un sueño. Pero no fuiste un sueño. Yo estaba despierta cuando estaba contigo, más despierta que nunca. Y ahora quiero dormir, dormir eternamente e ir a ese mundo que solo tu y yo conocíamos. Sin embargo, cada noche te visito en ese lugar y ya no estás… Se quedó en un bonito recuerdo oculto bajo mi piel, mi mente y mi alma. Porque cuando algo acaba, lo único que te quedan son los recuerdos, recuerdos que no quieren ser olvido, cosas del pasado que ya no existen… pero que existieron. Así que supongo que lo único que me queda por decir es que fue bonito mientras duró…